Tuesday, May 18, 2010

Levanten el embargo y no habrá justificación para que sigan explotando a nuestro pueblo.

Artemisa, La Habana 18 de mayo de 2010 (Por. Gerardo Páez.)

Como buen cubano y preocupado por los males que aquejan a nuestra sociedad, el pasado día 2 de marzo me decidí a escribir una carta a la sección cartas a la dirección del periódico granma, donde expuse un tema que aunque no es a los que están adaptados los responsable de lo que se publica o no en dicho órgano, sí trataba un asunto de interés para los que de verdad quieren ver a cuba por el sendero del desarrollo y la democracia. Dicho tema fue la libertad de expresión y el miedo a ejercerla, como uno de los males que tienen a la isla en un callejón sin salida, lo titulé “no solo de pan vive el hombre’’. Como era de esperarse por proceder de alguien que disiente de la política del estado cubano, mi carta no fue publicada, o no ha sido publicada aún, yo dudo que lo hagan, pero bien, no habiendo recibido respuesta de quienes tienen que ver con esto en mi país, decidí hacer algo mas por materializar los verdaderos deseos de los hombres y mujeres que conforman nuestro entramado social.

Junto a un grupo de amigos surgió la idea de escribirle al gobierno de los Estados Unidos De Norte América con la marcada intención de que se estudie seriamente la posibilidad de levantar el embargo comercial y financiero que sobre Cuba pesa y que solo sirve para justificar los desaciertos de quienes dirigen nuestra nación, tomando como carne de cañón a los más infelices hijos de este pueblo, principalmente a quienes se oponen al sistema comunista.

La idea va más allá, pues se pretende recoger firmas en cuba y el extranjero de aquellas personas que estén convencidas que el embargo dejó de ser efectivo para convertirse en un arma más de la dictadura castrista.

De igual forma se le hará llegar a la asamblea nacional del poder popular un documento que pide el levantamiento del único bloqueo que existe y si causa mucho daño, que es el que le tiene impuesto el gobierno cubano a su humilde y sufrido pueblo, impidiéndole por más de cincuenta años ejercer la libre iniciativa y la práctica de sus más elementales derechos.

Si como esperamos, se logra recibir el apoyo de numerosos hermanos de dentro y fuera del país, no cabe la menor duda que solo mezquinos intereses o las mentes más obtusas podrían socavar nuestro humilde reclamo. Esperamos que no sea así.