Vivir en la verdad.
Ing. Gerardo Páez.
Presidente Partido Acción Concertadora Democrática
Ing. Gerardo Páez.
Presidente Partido Acción Concertadora Democrática
Vivir en la
verdad no es solo no mentir. Es echar fuera de nuestra vida la mentira. No solo
la mentira llamada “piadosa”, se trata
de esa gran mentira que es vivir engañándonos a nosotros mismos y sometidos a
una vida de mentiras.
No se trata de moralizar, ni de filosofar, se trata de vivir en la verdad o vivir en la mentira. Se trata de vivir permanentemente en busca de la verdad o vivir permanentemente en medio de una mentira, o aún peor, vivir gracias a la mentira.
La verdad no es una abstracción filosófica desarraigada de nuestra existencia cotidiana, es el camino que se va abriendo a fuerza de las pequeñas verdades que van tejiendo la verdad que deseamos vivir. Siempre más allá, siempre más arriba, hasta trascender nuestra propia verdad y acceder a vislumbrar la verdad que está en el otro.
La mentira no es solo la que se dice. Es también la que se hace, es, sobre todo, la que se vive. Si una persona vive en la verdad y dice una mentira falla, pero sabe que falla y le duele fallar. Pero una persona que vive en la mentira, no solo no le duele la mentira sino que encuentra en esta una manera de vivir mejor, una coartada para seguir “viviendo en la mentira”.
La verdad duele y vale sacrificio. La mentira es fácil y alivia el dolor del momento.
Pero quien se
sacrifica por la verdad siente una gran liberación por dentro y se sacude de un
gran peso por fuera. En cambio quien vive en la mentira luego del cambio
momentáneo, carga con el peso de la doble cara hasta que reconoce con doble
dolor que mintió, o peor, que está viviendo en la mentira y nuestros
torturadores que saben muy bien aprovecharse de las mezquindades humanas le
sacan muy buen partido a esta debilidad nuestra o mejor dicho de quienes no
acaban de percatarse de que vivir en la mentira en la peor manera de vivir.
Probemos ahora cuando hayamos terminado de recibir esta conferencia o mejor, antes de salir de este recinto, hagamos el propósito de intentar ser transparente, es decir: pensar con nuestra cabeza, decir lo que pensamos, y hacer lo que decimos y pensamos, si consideramos que lo que pensamos, decimos y hacemos es bueno y verdadero.
Vivir en la verdad es discrepar sin ser atacado, es poder criticar sin ser discriminado, es poder aportar alternativas sin ser condenados. Es poder tener un espacio de convivencia y participación donde se acepte a las personas con su diversidad y se promueva el dialogo para llegar a la participación activa y libre.
¿Es así en los lugares donde ustedes desarrollan sus actividades cotidianas? Mientras más espacios de libertad y responsabilidad haya en las estructuras de un país, mayor será la verdad en que se vive en el mismo.
La única forma de vivir en la verdad y que esa verdad nos haga libres es intentar cada mañana decir no a la mentira.
Se debe y por eso estamos aquí, formar al hombre para decir lo que piensa y no para repetir consignas y dejar de pensar por sí mismo para poder vivir en un clima de aparente tranquilidad.
Las pequeñas
verdades vividas en lo cotidiano tienen más fuerza de convicción que cualquier
fuerza exterior. Si los aquí presentes y los que puedan estar leyendo estas
líneas, se han visto en algún momento de sus
manipuladas vidas, viviendo en la mentira, esta es una oportunidad
excelente para reflexionar al respecto sobre la calidad de una vida cuyo
protagonismo se cambia por ventajas materiales u otras igual de indignas.
Si ustedes han comenzado, en cambio a vivir en la verdad, comenzarán a comprobar la libertad que sienten por dentro y el potente influjo que ejercen a su alrededor, porque vivir en la verdad contagia por ser la única forma plena de vivir.
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